Un accidente en el trabajo puede costar una fortuna (y mucho más)
Un solo accidente laboral puede ser un auténtico desastre: lesiones para tus empleados, facturas médicas que suben como la espuma, demandas, multas y, en casos graves, incluso cierres temporales. El impacto económico es brutal, pero las consecuencias ocultas, como una reputación dañada, pueden ser igual de devastadoras.
La mayoría de las empresas saben que la seguridad laboral es importante, pero muchas veces se queda como un «ya lo haremos». Construir una cultura de seguridad es la mejor forma de proteger a tus trabajadores y tu bolsillo.
Aquí te damos algunas claves para lograrlo:
1. Certificaciones: No son solo papeles, son vidas
Dependiendo de tu sector, es posible que necesites certificar a tu equipo. Un poco de formación nunca está de más, pero en algunos casos la certificación es obligatoria por ley (como en el caso de los carretilleros). OSHA exige que los operadores de carretillas elevadoras estén formados y certificados. Aunque la formación práctica es necesaria, la certificación se puede obtener online.
No certificar a tus empleados para operar maquinaria peligrosa es pedir a gritos accidentes, demandas y multas. Y ojo, no solo se trata de las máquinas grandes: incluso un carrito de golf, una compactadora de basura o una máquina embaladora deben ser operados por personal certificado.
2. Entrenamiento: Desde la escalera hasta el cúter
No solo las máquinas pesadas representan un riesgo. Un empleado que sube a una escalera en el almacén también necesita formación sobre seguridad. Y si tus trabajadores usan un cúter para abrir cajas, necesitan saber cómo hacerlo sin cortarse. Un simple consejo como «corta alejándote del cuerpo» puede evitar lesiones graves.
3. Liderazgo: La seguridad comienza desde arriba
Los líderes deben ser el ejemplo a seguir en materia de seguridad. Si los jefes llevan el equipo de protección individual y toman la seguridad en serio, sus empleados harán lo mismo.
4. Escuchar a los trabajadores: Ellos saben dónde están los peligros
Tus empleados son los que mejor conocen los riesgos del día a día. Escúchalos, porque ellos verán los problemas antes que nadie y te darán ideas para solucionarlos. Además, permite que reporten problemas de seguridad de forma anónima. No todos se sienten cómodos hablando con sus jefes sobre estas cuestiones.
5. Documentación: Tu mejor defensa ante las demandas
No puedes evitar todos los accidentes, pero documentar la formación de tus empleados en materia de seguridad te protegerá ante posibles demandas y multas durante auditorías e inspecciones.
Los registros de formación demuestran que tus empleados estaban preparados y que tú tomaste precauciones. Esto será crucial para evitar acusaciones de negligencia si te demandan.
6. Refuerzo: La seguridad no es un tema puntual
Crear una cultura de seguridad requiere formación continua y recordatorios regulares que mantengan la seguridad en mente. Reúne a tu equipo por las mañanas, cuelga carteles con consejos de seguridad o simplemente haz énfasis en la importancia de la seguridad durante las reuniones.
Celebra a los equipos e individuos que siguen los protocolos de seguridad. El reconocimiento público motiva a otros a hacer lo mismo.
7. Medir y mejorar: La seguridad es un proceso continuo
Evalúa tu programa de seguridad mediante métricas como tasas de lesiones, incidentes cercanos y resultados de las inspecciones. Comparte estos datos con tus empleados para que vean el progreso y se mantengan comprometidos.
En definitiva, la seguridad no es una lista de tareas, sino un valor que debe estar presente en toda la empresa. Desde la certificación de los carretilleros hasta el uso adecuado del equipo de protección individual, pasando por el liderazgo comprometido y la participación de los empleados, cada esfuerzo contribuye a crear una cultura donde la seguridad es primordial.
Las empresas que priorizan la seguridad tienen menos accidentes, demandas y protegen su reputación y sus beneficios.
