¡FBI: adrenalina, drones y una pizca de alivio!
¡Vaya episodio! Ataques con drones, experiencias cercanas a la muerte y, para variar, una quedada informal del equipo. Todo un clásico de FBI en mi opinión. Esta serie siempre nos tiene al borde del asiento, con la vida de nuestros protagonistas en peligro constante. Pero esta vez, sinceramente pensé que íbamos a perder a uno de ellos. Después de todo, es Dick Wolf.
El episodio comienza con una explosión literal y figurada. Siento mucho por Taylor Minskoff (Finn Brown), quien pierde a sus padres y niñera de golpe, además de tener que presenciar las secuelas del atentado. Me alegra que lo hayan reunido rápidamente con otros familiares.
Siempre me río cuando el FBI se mete en el terreno de la policía local. Maggie (Missy Peregrym) y OA (Zeeko Zaki), con su profesionalidad habitual, consiguen sacarme una sonrisa con sus rápidas respuestas a los agentes locales.
Nunca imaginé que los hornos pudieran tener cámaras, pero en este caso resultó útil. Inicialmente pensé que el horno tenía explosivos debajo, pero para mi sorpresa fue un ataque con dron.
Mi mandíbula se precipitó al suelo cuando anunciaron que otro penthouse de un CEO había sido atacado. Me puso los pelos de punta cuando Jubal (Jeremy Sisto) reveló que era el primer ataque con dron en suelo estadounidense. El arma era claramente sofisticada y capaz de seguir a objetivos mediante reconocimiento facial y movimiento, algo que tendría consecuencias importantes más adelante.
Al principio, no me pareció buena idea reunir a todos los miembros del consejo en un solo lugar, ya que se convertían en un blanco fácil, incluyendo a 26 agentes federales. Los miembros del consejo no parecían ser personas muy consideradas, y el final del episodio demostró que lo único que les importaba era el dinero. Sin embargo, uno de ellos ofreció mostrar a Jubal e Isobel (Alana De La Garza) un video amenazante enviado por el antiguo cofundador Perry Hinton (Chris Wendelken).
Que Maggie y OA descubrieran que Perry Hinton se había suicidado no me sorprendió, pero el momento de su muerte sí. Morir antes del envío del vídeo fue un giro genial. La posibilidad de una IA rebelde era una trama increíble. Que la junta no supiera cómo funcionaba su propio producto era simplemente desconcertante.
Nunca he sido ni seré fan de la IA, y este episodio lo confirmó. Especialmente con el deepfake que Scott (Robin Lord Taylor) logró hacer de Perry. El detalle de la cicatriz en la mano que alertó a Jubal fue genial. Fue un momento fugaz al principio del episodio que tuvo un gran impacto. Dani (Emily Alabi) y Scola (John Boyd) apuntando a Scott con armas fue una escena muy tensa, que culminó con la destrucción de la tableta que controlaba el dron.
Que los 26 agentes federales no fueran el objetivo me tranquilizó un poco hasta que vimos a Maggie y OA intentando rescatar a la hija de Warren Foster (Carmen Salta). Al principio del episodio habían dicho que el dron podía usar reconocimiento facial, y en ese momento supe que el final sería uno de los más intensos de la temporada. ¡Y vaya que lo fue!
No tengo ni idea de cómo Maggie sobrevivió a esa explosión; aguanté la respiración durante toda la escena. Realmente pensé que otra serie esta temporada iba a matar a un personaje favorito de los fans. Los gritos de OA por Maggie me destrozaron, acababa de decir que no podía imaginarse perderla y ahora parecía que se estaba haciendo realidad.
Gracias a sus esfuerzos, Maggie recuperó la consciencia y vivió para luchar otro día. Respiré aliviado.
La escena final fue mi favorita: OA asegurándose de que Maggie no estuviera sola, invitando a Scola y Dani a pasar tiempo con ella y comer algo fue tan reconfortante. Especialmente después de que el episodio comenzara con su ruptura fuera de pantalla. El equipo de los 26 federales es realmente una familia y me encanta ver estas escenas informales cuando no están en servicio.
¿Qué opináis del episodio? ¿Pensasteis que Maggie moriría? ¡Comentad abajo!