El Padrino: culpable de la obsesión hollywoodense por los blockbusters
Aunque *Star Wars* y *Tiburón* suelen llevarse el crédito por iniciar la era moderna de los blockbusters, se podría argumentar que *El Padrino* (1972) sentó las bases para este fenómeno. No solo fue un éxito crítico, sino también un auténtico taquillazo, recaudando 250 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto de tan solo 6-7 millones.
El *New York Times*, en un artículo de 1978, bautizó a *El Padrino* como una «superproducción», definiéndola como una película «verdaderamente excelente» que no solo generaba enormes ganancias sino que se convertía en una «obsesión nacional». Era una película tan popular e importante que simplemente tenías que verla, o de lo contrario te perdías algo.
Además del éxito económico y cultural, ¿qué define a una superproducción? El mismo artículo del *New York Times* intentó identificar algunos rasgos comunes: la música. *El Padrino*, *Star Wars* y *Tiburón* tenían bandas sonoras llamativas e inmediatamente reconocibles, las dos primeras incluso se reproducían en algunas emisoras de radio. Como señaló el artículo, «los temas de ‘Star Wars’ y ‘El Padrino’, cuando se emitían por la radio, proporcionaban a estas películas una publicidad gratuita mucho mayor que cualquier presupuesto promocional, por elevado que fuera». Mientras tanto, basta con que un pianista aficionado toque las notas E y F en una fiesta para recordar a todos orgánicamente que deben volver a ver *Tiburón*.
El otro elemento definitorio, según el *New York Times*, era que estas películas tenían que sentirse como eventos culturales. Michael Eisner, entonces presidente de Paramount, lo subrayó en el artículo al resaltar la importancia creciente para los espectadores de ver una película simplemente porque creían que todos los demás también la verían.
El objetivo de un tráiler, según él, era «hacer cola para ver un éxito antes de que siquiera ocurriera».
La irónica consecuencia de este enfoque fue que *El Padrino*, el humilde drama criminal que dio inicio a todo esto, probablemente no encontraría su lugar en Hollywood actual. En la búsqueda obsesiva de superproducciones, las películas con temas maduros y personajes complejos como *El Padrino* corren el riesgo de quedar relegadas a un segundo plano.
