Grosse Pointe Garden Society: Un invierno de secretos y tensiones
¡Este episodio de *Grosse Pointe Garden Society*, titulado «Seasons», nos deja con la boca abierta! Es una mezcla explosiva de pasado y presente, ternura y toxicidad donde las emociones hierven a fuego lento mientras los Cadillac negros circulan por las calles.
Todo comienza en el glamuroso gala Monaco Under the Stars, donde la Sociedad del Jardín reúne a lo más granado (y sucio) de la ciudad. Bertie, reina del drama, ya está nerviosa cuando ve a Misty trabajando como valet. Misty está más fresca que una pepinillo en un martini, mientras que Bertie sudando balas. Y hablando de balas… uno de los coches que Misty aparca es nada menos que el Cadillac negro de Quiche, con esas misteriosas cajas de cerillas en la guantera. ¡Bingo! El coche de Quiche ha reaparecido, y la frase de Misty «¿Quién no tiene un Cadillac negro en esta ciudad?» implica que Quiche podría ser cualquiera.
Luego, nos trasladamos un mes atrás a una escena que corta como un cuchillo. Misty llama a Bertie para contarle que Ford entró a la universidad. Debería ser un momento feliz, pero se convierte en una batalla campal. Misty lanza la línea más brutal del episodio: «No eres su madre.» Es un dardo directo al corazón de Bertie. Sus intentos por meterse en la vida de Ford chocan con los límites que Misty ha construido con tanto esfuerzo. Es devastador, pero necesario.
Bertie luego nos ofrece un monólogo interno helado, una metáfora sobre los cambios estacionales que recuerda a *Desperate Housewives* mezclado con *Big Little Lies*.
Un torbellino de conflictos
Cada personaje está en plena transformación. Alice trae a casa un cachorro llamado Gayle, lo que desencadena una guerra de egos con su suegra Patty, quien podría haber matado al perro anterior de Alice, Molly. Mientras Doug encuentra un propósito gracias a Gayle, Alice y Patty se enfrentan verbalmente sobre si los perros son lo mismo que los niños, y Patty deja caer la bomba de que mientras Alice tenga perros, nunca tendrá nietos.
Mientras tanto, Catherine se ahoga en la nostalgia y la negación. No puede vender su casa de la infancia, y cuando un comprador ofrece 10% por encima del precio de venta en efectivo, casi acepta venderla… hasta que se entera de que planean demolerla. El mundo de Catherine se está derrumbando, y está demasiado apegada para dejar ir.
Melissa y Brett están bailando el vals de la pareja divorciada pero aún enamorada. Se turnan cuidando a su hijo enfermo y reconectan gracias a los humidificadores y la culpa. Melissa, al darse cuenta de lo mucho que perdió mientras estaba en la facultad de derecho, se abre en un momento vulnerable. Brett la tranquiliza diciéndole que está ahí ahora. Se besan. Es tierno, es esperanzador, es… interrumpido por una llamada telefónica de su esposo, Connor. ¡Qué mala suerte!
Hablando de Connor: este hombre está emitiendo energía de villano de origen. Está más preocupado por los gérmenes que por los niños, evita ser padre a toda costa y contrató un detective privado. Su PI entrega información sobre Brett tan jugosa que hace que Connor se encoja visiblemente. Connor pregunta qué ha hecho Brett. La respuesta del detective? «Tu esposa». Cue la música ominosa y un zoom lento en la mandíbula apretada de Connor.
Y volvemos a Bertie, cuya desesperación por arreglar las cosas con Ford la lleva a un encuentro forzado. Le da un guante de béisbol viejo – el de su padre – pero el gesto sale mal. Ford lanza otro golpe bajo: «Ojalá nunca hubiera sabido nada de esto». Bertie se descontrola y colapsa. Su exmarido aparece en el hospital (todavía es su contacto de emergencia) y las cosas toman un giro inesperado. ¿La razón por la que Bertie se desmayó? Ya lo adivinaste… ¡está embarazada!
Avanzamos a la gala, donde Bertie tiene un ataque de náuseas matutinas en el baño con Misty en el siguiente puesto. Misty la confronta: «¿Es de Joel?». Bertie le ruega que guarde silencio, pero Misty lanza la estocada final: «¡Felicidades por otro hijo que no mereces!». No cabe duda de que Bertie ha hecho muchas cosas malas en su vida, pero ha trabajado duro para redimirse.
Mientras tanto, Alice finalmente conecta los puntos: la madre de Doug tenía acceso al arma que probablemente se usó para matar a Molly, el primer perro de Alice. El grupo piensa que se está volviendo loca otra vez (justo, la última vez que fue toda Sherlock Holmes le costó su trabajo y casi su matrimonio), pero Catherine llama a algunos viejos amigos del FBI de Tucker para analizar el arma. Alice está dividida: ¿la verdad o la estabilidad? Elige la verdad…
El episodio culmina con un montaje final donde todos enfrentan sus propios «inviernos». Doug y Alice se preparan para despedirse de Gayle, gracias a que Patty los delató al arrendador por tener un perro; mientras tanto, Connor recibe la devastadora noticia sobre Brett y Melissa. Bertie está en espiral y recurre a sus vicios: alcohol y cigarrillos, pero luego se da cuenta de que no puede hacerlo. Está embarazada. Ford aparece y comparten su primer momento real. Él le pregunta por su padre. Bertie es sincera. Ford se ablanda.
Y luego – el momento de círculo completo. Volvemos a la gala. Misty entra al Cadillac para devolverlo a su dueño, pero Bertie se sube inesperadamente. Misty la advierte: «No quieres estar sola conmigo ahora». Bertie responde: «Me arriesgaré». Misty: «Tu funeral».
La voz en off de Bertie cierra el episodio: “Porque seamos honestos. La naturaleza es una perra. Y luego, mueres”.
Corte a negro. suspenso legendario.
«Temporadas» es un huracán emocional. Cada personaje está en constante cambio. Los secretos salen a la luz. Las relaciones se desmoronan. Y las apuestas nunca han sido mayores. Está magníficamente escrito, perfectamente ritmo y brutalmente honesto. Este es *Grosse Pointe Garden Society* en su forma más cruda, real y despiadadamente entretenida.