El enigma de Nick y los dilemas de Gilead: un análisis del último episodio
¡Por fin! *The Handmaid’s Tale* se ha puesto las pilas y ha decidido darle un poco de profundidad al enigmático Nick, justo cuando su romance con June parece haberse ido al garete (aunque la deje salir del armario ileso, June nunca podrá perdonarle ni volver a confiar en él. Y si Mayday se entera, será el siguiente en la lista de «eliminar»). Gracias a sus escenas con Wharton y ese flashback, ahora sabemos quién es Nick: un chico pobre con una vida dura, a quien Gilead le ofreció estatus, riqueza, una figura paterna y un futuro. Sabiendo eso, no es ninguna sorpresa que se haya rendido ante la presión de Wharton. Como dice Rita, no siempre es tan fácil como June lo hace parecer elegir la opción valiente.
¿Ha optado Serena por la cobardía aceptando la propuesta de matrimonio de Wharton? June parece pensar que sí, y fue satisfactorio ver cómo esa opinión irritaba a Serena. Una mujer completamente carente de amigas, o incluso *cualquier* tipo de amistad, Serena envidia genuinamente la aprobación de June y el afecto de Rita – dos cosas que sabe que nunca tendrá. Está tan sola, y tan decidida a recordar su pasado en Gilead con una visión rosa, que parece bloquear el hecho de que las mujeres a las que le sirve un smoothie verde en su mesa del desayuno fueron anteriormente esclavizadas… por ella.
¿Te recuerda a alguien? Oatmeal raisin, Lydia, *en serio*? Tiene suerte de que Janine no le haya metido esa cesta de dulces donde no brilla el sol. Esa fue una escena explosiva para Madeline Brewer; menos para Ann Dowd, quien parece atascada en un solo modo esta temporada. El rango de Dowd se ha reducido a Lydia ladrando sobre sus chicas como un Golden Retriever cuidando algunas gallinas. Sabemos que Lydia es una fanática, pero ¿siempre fue tan tonta? Janine puede haberle hecho un favor a Dowd al desafiarla con el reto de «traer de vuelta a Charlotte». Con suerte, Lydia tendrá más tiempo en pantalla, más alcance y le devolverá a Janine algo más que galletas la próxima vez.
Hablando de idiotas, Naomi sigue laborando bajo la falsa impresión de que está en *The Real Housewives of Gilead* en lugar de *The Handmaid’s Tale*. Las breves apariciones de Ever Carradine esta temporada, preocupándose por Angela y la decoración del hogar de Lawrence, han sido un bienvenido alivio cómico. También han servido para revelar más del complejo personaje de Lawrence. Su dulzura y remordimiento se manifiestan en sus escenas con la pequeña Angela, que es esencialmente una propiedad, y evita que Lawrence se convierta en el protagonista shakesperiano que ensaya sus dudas y justificaciones en monólogos dirigidos al público. En general, las escenas del hogar de Lawrence son buenas para reírse. Joseph sacando a Naomi del sótano («Este es realmente un espacio hermoso») donde estaba escondiendo a dos de los más buscados de Gilead fue una gran adición que ofreció un poco de luz a la oscuridad de este drama.
Hablando de oscuridad: ¿la electricidad se mide en New Bethlehem, o hay una ley sobre no encender la luz principal? Cada escena tiene lugar en una penumbra apenas discernible – una metáfora para sus áreas morales grises, tal vez, pero también un sistema de diseño que realza el misterio de un personaje como Wharton, quien rara vez se ve sin emerger de un charco de oscuridad.
El personaje de Josh Charles ha sido una valiosa adición a la sexta temporada porque es uno de los pocos misterios que quedan por resolver en este programa. ¿Progresista o Chauvinista? ¿Romántico o Psicópata Manipulador? Con Nick en este episodio, Wharton reveló ser un maestro manipulador, jugando al mismo tiempo el papel de policía bueno y malo. Parece saber exactamente qué decir para conseguir que la gente haga lo que quiere, lo que significa que Serena debería tener cuidado. Y a juzgar por las justificaciones nerviosas de Serena sobre casarse con él para June, ella lo sabe. Yvonne Strahovski continúa brillando al interpretar las capas simultáneas de vulnerabilidad, duda, orgullo hubristico y modo de ataque «garras fuera» de Serena.
