El Contador 2: Un cóctel de acción, humor y clichés
Este segundo capítulo de «El Contador» nos trae de vuelta al enigmático Christian Wolff (Ben Affleck), un contable con una peculiar habilidad para los números y una inclinación por la violencia. Si bien la película nos regala momentos cómicos gracias a las reacciones ácidas de Wolff ante las pretensiones románticas de algunas solteras desesperadas, no podemos ignorar el dejo amargo que subyace en la situación.
Affleck brilla como siempre, capturando a la perfección la insinceridad del personaje, un hombre atrapado en su propia tristeza y soledad, incapaz de conectar con los demás. La química entre Affleck y Jon Bernthal, quien interpreta al compañero de aventuras de Wolff, es palpable. Bernthal, conocido por sus papeles de tipo duro carismático, aporta un toque de energía a la dupla, aunque sus gestos característicos podrían resultar repetitivos para algunos.
El director Gavin O’Connor no se queda atrás en la acción, ofreciendo secuencias visceralmente impactantes que recuerdan a la franquicia «John Wick». Combates cuerpo a cuerpo coreografiados con precisión y tiroteos realistas nos mantienen al borde del asiento.
Sin embargo, el guion de Bill Dubuque peca de clichés. La representación de la discapacidad como una suerte de superpoder y la inclusión de villanos mexicanos estereotipados empañan la experiencia. Aunque se intenta matizar estos tropos con personajes femeninos fuertes y villanos blancos, la película cae en un terreno peligroso.
En definitiva, «El Contador 2» es una mezcla dispar: acción explosiva, humor negro y clichés previsibles. Si bien las actuaciones de Affleck y Bernthal, junto con la dirección de O’Connor, salvan la situación, el guion deja mucho que desear.