## ¡Doctor Who regresa con un estreno explosivo!
Tras rumores de cancelación, una recepción tibia para la primera temporada de Ncuti Gatwa y especulaciones sobre su salida tras la segunda (¡rompiendo la regla de las tres temporadas!), el regreso de *Doctor Who* se sentía tan incierto como en los días de Sylvester McCoy. Y aunque los trailers prometían un guiño a «The Greatest Show in the Galaxy», Russell T Davies ha vuelto con una fuerza imparable, entregándonos un episodio de estreno que podría ser el mejor de la serie en años.
Adiós Ruby, hola Belinda: tras solo una temporada, la Doctora se despide de Ruby y da la bienvenida a Belinda Chadra (Varada Sethu), quien ya había aparecido en *Doctor Who* durante la era Moffat. Belinda es importante, y lo sabe. La chispa del Doctor no la conquista tan fácilmente como a Ace con el Séptimo Doctor. Esta vez, Belinda ve a través de él desde el principio, estableciendo límites claros: esta no será una amistad instantánea.
Belinda, enfermera trabajadora, pide ser llamada «La Enfermera» cuando conoce al Doctor. Es un personaje vibrante y más desarrollado que Ruby, incluso con su breve tiempo en pantalla. Un regalo de su novio gamer Alan (una estrella) resulta ser la llave a una guerra entre androides y humanos. Belinda es secuestrada por los androides, creyendo que ella es su reina, en una escena claramente inspirada en *Jupiter Ascending*.
Entre tanto, Mrs. Flood observa todo desde las sombras, rompiendo la cuarta pared con su habitual encanto. Su misterio es intrigante: ¿quién es realmente? ¿Qué secretos esconde? Russell T Davies juega con fórmulas conocidas, recordándonos a Missy y el regreso de Rose, pero con un toque fresco que promete una segunda temporada aún más emocionante.
La trama se intensifica cuando Belinda descubre que el Doctor está ayudando a los rebeldes androides. Un salto en el tiempo la deja rezagada, mientras el Doctor trabaja con Sasha 55 (Evelyn Miller), una heroína de guerra que muere ante sus ojos. Esta tragedia crea un distanciamiento entre Belinda y el Doctor, quien intenta escanearla sin su consentimiento. Belinda se enfrenta a él con astucia, recordándonos las tácticas manipuladoras del Séptimo Doctor con Ace. Gatwa interpreta esta faceta con maestría, mostrando la incomodidad del Doctor ante la confrontación.
Alan, aparentemente secuestrado por los robots, es revelado como el verdadero villano. Se ha convertido en líder de los androides (AL bots), manipulando a ambos bandos para su propio beneficio. Es una crítica sutil a la cultura incel, mostrando cómo el resentimiento y la frustración pueden corromper incluso las mejores intenciones. Belinda lo derrota con astucia y determinación, un triunfo particularmente satisfactorio en un panorama donde Disney parece complacer a los sectores más conservadores.
El episodio termina con una imagen impactante: famosos monumentos flotando en el espacio tras un taxi. Es una promesa de misterio e intriga para la temporada, que podría ser la última de *Doctor Who*. Si es así, ¿qué mejor manera de despedirse?